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Toto Yulelé y Los Valses

Por Diego Cortés

Se inauguró el ciclo de Anatema en la Sala Hugo Balzo, con un show que tuvo a Los Valses de Argentina abriendo la noche. La Banda de Pablo Matías Vidal en guitarra y voz, Santiago Peri en segunda guitarra, Gabriel Ricci en bajo y Oscar Trani en batería, dieron un espectáculo que invitó a aplaudir de pie.
La música de Los Valses propone un viaje de sonidos que acompaña en melodías a los paisajes que disparan las letras de Pablo. Los ambientes sonoros propuestos por guitarras, que juegan con distorsión a hacerse explosivos cuando la voz se introduce en estribillos fuertes, marcados siempre por la emoción personal de su vocalista. La batería no pasa solamente como un acompañamiento rítmico, es más bien un juego en sí mismo que envuelve todo el resto como un regalo sonoro.
No es fácil para ninguna banda abrir un evento de estas características, romper el hielo y ganarse al público. Sin embargo, ellos lo lograron a pura música, como agua antes de romper el hervor, inestable, brotando con fuerza.
Al terminar su show, hablamos con Pablo acerca de lo que significó para ellos este toque.
“No estamos acostumbrados a tocar en salas así, tan lindas. Estamos acostumbrados a tocar en lugares más rústicos, ruidosos. La verdad fue todo una prueba haber podido tocar en un lugar así. Y ahora ya con el diario del lunes, te puedo decir que estuvo buenísimo y que la pasamos súper, súper bien. Fue una experiencia hermosa, porque le da otra magnitud un auditorio así”.
Si bien los músicos han estado en Uruguay en otras oportunidades acompañados de otros proyectos, es la primera vez que se presentan como banda, y harán una seguidilla de toques durante su estadía. En la presentación del disco Indicios del proyecto de Damian Cacciali Individuo, el viernes 21 en Tractatus. Y junto a Los Mostachos y Coria Masán el sábado 22 en el Tundra.

Consultado acerca de cómo se vive la movida independiente del otro lado del charco, Pablo destacó la cantidad de bandas que surgen de La Plata para los pocos habitantes que son y afirmaba las similitudes que hay en ambos lados del charco: “La autogestión es un camino que encaramos todos los que hacemos música y eso es algo que se mantiene igual en ambos lados. Gente poniendo el lomo, llevando adelante sus proyectos con mucho amor propio, hay muchos sellos independientes como en la Plata. Te digo que acá también hubo un crecimiento en la movida de cantautores, por ahí con la canción más despojada y más intima”
Cerramos hablando del trabajo presentado y nos contó: “Fue un disco que se presentó como una necesidad, porque no teníamos material, éramos una banda nueva, con muchos temas nuevos. Y básicamente nos apuntamos a plasmar lo que era la sala de ensayo, así que es un disco bastante despojado y crudo, no tiene muchas regrabaciones, fuimos un día al estudio y medio que grabamos. Así que está plasmado sin mayores diferencias a lo que suena en vivo”.

El cierre de la noche estuvo a cargo de Toto Yulelé y su banda, la cual desde los camarines empezó a vivir la fiesta. Ya que combatieron los nervios cantando y compartiendo un ambiente ameno de camaradería, que luego lo llevaron a escena. La banda de Rodrigo Odriozola se despachó con algunas canciones de su primer disco “Jugar”, pero dedicó buena parte de su show a presentar su más reciente trabajo “De cuando aluminé”.
Con una hermosa banda, que trabajó todos los detalles sonoros a la perfección, con un piano de cola en las manos de Federico Araújo que le agregó magia a la noche, una percusión muy variada y precisa en las manos del Pedro Viera, la batería de Esteban Pesce, que paseó por momentos de la murga al candombe. La guitarra del señor Gonzalo Palmarin, y el bajo de Bruno Carro, que se encargaron de encender las emociones. Y las participaciones especiales en voces de Damián Cacciali para el tema Irene, y como si fuera poco se armó de un tremendo coro femenino a cargo de Papina de Palma, Sofía Álvez y Clarisa Roldán.
Una banda hecha a medida de las necesidades que cada canción precisaba y que contó con un proceso de grabación distinto a su primer trabajo, ya que le llevó dos años ensamblar en estudio.
Cuando logramos desprenderlo de los emotivos abrazos de amigos y familia, Toto Yulelé nos contaba:“ la idea era buscar una sonoridad un poco diferente y sobre todo explorar los rítmicos folklóricos (…) Yo siempre pienso que me gustaría que cuando pregunten qué música hago, pueda decir: Yo hago música Popular, entonces trabajo mucho, para que esa música esté presente en la musicalidad.”
Hablando acerca de la movida independiente y de las similitudes con lo que se hace de este lado del charco “Siento que las cosas son muy parecidas, siempre que voy yo haciendo algo, allá ya lo hicieron hace cinco años, no hablo de la música en sí, sino de la forma de gestión sobre todo, o sea es lo mismo, pero allá en algunas cuestiones de lo que es autogestión y trabajo colectivo, siempre aprendo mucho, ya que empezaron un poco antes en algunas cosas”.
Ya cerrando la charla como una suerte de conclusión de lo que fue una gran noche nos expresaba:
“Siento orgullo y felicidad, de poder lograr, luego de mucho trabajo, habitar estos espacios que están hechos para otro tipo de trabajo, otro tipo de artista, trabajando de nuestra manera, haciendo lo que tanto queremos. Llegar hasta acá tiene la satisfacción de hacer algo por vos mismo, cuando cambias una lamparita, y estas contento que la cambiaste vos, no importa si quedo bien o mal.”
Sin dudas fue una noche memorable para los músicos y para quienes fuimos testigo. Cabe destacar para cerrar, el gran profesionalismo que pusieron todos y cada uno de los organizadores, músicos, sonidistas, iluminadores para cuidar los detalles y hacer del evento algo muy disfrutable.

 

Foto: Los Valses- Ana Giménez CC-BY-SA

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